Te enseño mi vuelo para equivocar tu rumbo. Sígueme.

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Licenciado en Medicina y Cirugía. Frustrado Alquimista. Probable Metafísico. El que mejor canta los fandangos muy malamente del mundo. Ronco a compás de Martinete.

Invierno.

Estoy sentado enfrente de la chimenea y solo quiero mirar a las llamas rojas intentando descifrar su secreto, su arcano y original mensaje de millones de años de antiguedad. 
Me hipnotizo al dejarme llevar por el mensaje de los vocablos ardientes que dibuja el fuego. 
Así soy capaz de abstraerme y evadirme de mi mismo.
Las cenizas me recuerdan en polvo eres y en polvo te convertirás. 
Pero no me canso de bailar en absoluta quietud al son del fuego ya compañero. 
Como dijo Antonio Machado: "... la tarde cayendo está..."
Intento comprender sin angustiarme que quieren decirme los sonidos tan precisos de la madera al consumirse. 
Lo intuyo, e incluso a veces creo que soy capaz de descifrar el ancestral lenguaje sin palabras que brota de la chimenea.
Invierno en Tomares.
Años noventa.

Milagros

Me da tranquilidad a mi espíritu y paz pensar en ciertas cosas.
Que ya he llegado a los cincuenta y cinco y medio sin grandes enfermedades.
Que me siguen gustando mucho las mujeres bellas.
Que tengo a mi mujer bella que me quiere.
Que todavía soy capaz de hacer el amor y disfrutar sin alardes de macho ibérico.
Que leo estupendamente con mis gafas progresivas, muy cómodo repantingado en mi sillón y con las piernas estiradas apoyadas en otro sillón, y que soy capaz de llevarme así horas y horas, feliz y contento.
Que cada día me gusta más y más pensar en voz baja.
Que soy una pequeña mota de polvo cósmico dentro de la nada.
Que lo que es verdaderamente importante es que mi nieta me eche los brazos cuando me vea.
Que no me voy a quedar sin cerveza en la nevera.
Que nadie se va a comer los Polvorones de Ajonjolí.
Que todavía oigo bien por el oído izquierdo.
Que mañana arrancará otra vez mi moto milagrosamente.
Que pronto llegará la Primavera.
Que ya mismo estamos en bañador.
Que me encanta tener sueños.
Que cierro los ojos y me duermo.
Que buenas noches.

Intenciones.

Intento basar mi Felicidad en cosas simples y tener expectativas bajas, incluso con mi propio bienestar.
Nunca soñar que me tocará la lotería de Navidad. (Aunque todos lo hacemos).
Conformarme con la salud exacta que me proporciona mi edad, sin creerme que el deporte rudo me hará vivir más y mejor.
Ver cada día a mis hijos crecer y ser felices.
Disfrutar de mi nieta con inocencia.
Tener el convencimiento que con paciencia y silencio se curan muchas enfermedades del cuerpo y del alma. 
Alejarme de la vana elocuencia.
Aceptar que nunca seré rico de dineros. 
Nunca de influencias.
Cuidar de mis hermanos y de mis amigos.
Darle muchos besos a mi madre.
Ordenar muchas veces mis libros.
Dejar pasar el tiempo, pero contando los días que no me he reído o no he vivido.
Oir música antes de quedarme sordo del todo.
Soñar con mi padre muerto y aceptarlo tan tranquilo.
Despertarme feliz y con ganas de trabajar.
Escribir.
Estudiar y aprender Ciencia y Medicina.
Tomarme una cerveza al mediodía, en buena compañía.
Guisar e improvisar con una copa de vino en la mano.
Roncar en la siesta en clave de mi-so-fa.
Vivir cada tarde con la alegría del deber bien cumplido.
Tener la conciencia tranquila, o al menos, tranquilizada.
Hablar con mi Angel de la Guarda.
Beber por la noche leche descremada  con polvorones y chocolate negro.
Leer algo interesante antes de apagar la luz.
Jesusito de mi vida...
Buenas noches.