Te enseño mi vuelo para equivocar tu rumbo. Sígueme.

Mi foto
Licenciado en Medicina y Cirugía. Frustrado Alquimista. Probable Metafísico. El que mejor canta los fandangos muy malamente del mundo. Ronco a compás de Martinete.

Olvidado

Tanto deseo.
En un joven cuerpo.
Sexo. Ella plancha y yo miro.
Besos debajo de un termo.
En la puerta de la cocina.
Sabor a algo desconocido.
Tetas. Dulces, saladas.
Bragas. Apretadas.
Mis manos pulpos desesperados.
Mi boca busca la verdad.
Cuarto de baño. Eyaculo.
Mi cuerpo delgado se arrepiente.
Y busca la redención.
Urgente.
En la religión cercana y confidente.
Y una mano que no es la mia.
Me absuelve.
Fisicamente.



Un niño caminando entre la nada.

 Y tener que sostenerme entre las nubes

sin mover los brazos como alas

tener que sustentarme en la vacío 

de un cuerpo atropellado por la lanza

sufrir como despacio se desangra

la miel del pecho

de la herida

de la vida que se escapa

de la ya nada.

Tener que sostenerme sin sustento

ni brazos que mover ante tu alma

desgarrada en la feroz indiferencia

de una verdad por los siglos

subastada.

Si tu estas en la herida y en la calma

si estas en la muerte y en la respuesta

si una voz te llama

si un llanto te increpa

si el relámpago truena

si el calor te quema

si el fulgor te ciega

si la respuesta es muda 

porque te hayas quedado sin palabras

solo nos quedará la imagen

de un niño caminando entre la nada.


Confesión

Reconozco que la luz fundamental,
la que alumbra mi camino
y mantiene mi alma en paz
está en los ojos luminosos de los niños
la música celestial
en su risa inocente 
el cariño ancestral
en el llanto y en sus lágrimas
en un abrazo cabe toda la ternura renacida
y estrenada cada vez
en cada beso vuelvo a sentir el amor primitivo
de cuando yo era un niño
para volver a reconocerme como soy 
y el tesoro que disfruto siendo abuelo.