Te enseño mi vuelo para equivocar tu rumbo. Sígueme.

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Licenciado en Medicina y Cirugía. Frustrado Alquimista. Probable Metafísico. El que mejor canta los fandangos muy malamente del mundo. Ronco a compás de Martinete.

Soy nada.

Mañana seré otro yo.
Ayer no era el mismo yo que soy hoy.
Hoy yo soy un recuerdo del ayer y mañana soy nada.
Cada vez que lo pienso soy yo y seré otro yo.
Soy un último inútil pensando en mi.
Soy yo. 
Soy nada.


Huyo

Muchas veces pienso que la vida es una huida.
Huyo de los bobos que a mi se acercan con idiotas palabras.
Huyo de los listos que hacen lo mismo pero con palabras idiotas.
Huyo de los botarates religiosos que me quieren salvar antes de tiempo.
Huyo de los filósofos huecos que no piensan lo que dicen.
Huyo de los filósofos sólidos que no dicen lo que piensan.
Huyo de los presumidos, cursis y perfumados.
Huyo de los que leen el periódico de los demás.
Huyo de los estreñidos de vientre y mente.
Huyo de los abstemios de nacimiento.
Huyo de los maleducados que alardean de educación.
Huyo de los cien mil hijos de San Luis, y de sus cien mil padres.
Huyo de fiestas.
Huyo de una ciudad tan cainita y plana como la mía.
Huyo de los púlpitos civiles.
Huyo de los prosélitos engominados.
Huyo de los cofrades atormentados por su insignificancia,
Huyo de los duros ladrillos que sirven de asiento.
Huyo de los cobardes cibernéticos.
Huyo de las bombas de peste.
Huyo de los que matan a inocentes en nombre de dioses.
Huyo de los que matan a inocente en nombre de políticos.
Huyo de los que matan a inocentes en nombre de Dios.
Huyo de las redes asociales.
Huyo de las ciénagas televisivas.
Huyo de las autopistas atestadas de imbéciles como yo.
Huyo de mis enemigos cobardes que me apuñalan por la espalda.
Huyo de mis miedos infantiles.
Huyo de los perros rabiosos.
Huyo de la bruja de la azotea.
Huyo de los déspotas que van de honrados.
Huyo de los falsos.
Huyo de las cenas de los idiotas.
Huyo de las falsas promesas.
Huyo de las palabras dichas por decir.
Huyo de las razones sin razón.
Huyo de las mujeres que me gustan.
Huyo de mis recuerdos tristes.
Huyo de mis maldades favoritas.
Huyo de las cucarachas.
Huyo del futuro.
Huyo.

                                                                    


Aire fresco en mi vida.

A traves de una simple ventana abierta entra la felicidad en forma de aire fresco.
Es de sabios valorar esos momentos.
Me acuerdo de mi tata sentada por las noches en la terraza veraniega con sus batas tan bonitas y sus varicosas piernas apoyadas en alto de una banqueta disfrutando de la brisa salobre y húmeda de la noche.
Un recuerdo (este mismo) es un antídoto contra la mala memoria.
A veces mi tata cerraba los ojos como si estuviera quedándose dormida.
Estaba disfrutando.
Ella era tan sabia que sabía disfrutar de los momentos mágicos que nos ofrece la naturaleza.
Yo le preguntaba; ¿Tatita estas bien?
Y me respondia cogiendo mi mano y dándome un beso. 
Sin palabras.
Mi tata me quería.
Y yo la quiero a ella.
Bendito sea Dios.

Bersos

Haced el favor innombrables de no escribir el nombre de mi amada, de no tocar las cortinas donde su mano absolutamente translucida se interpuso entre su cara, la luz y un jilguero que trinaba al inadvertidamente volar por allí.
No uséis el linóleo que no es vuestro.
No otorguéis premios indecentes a las vecindonas que blasfeman en los balcones. Saludad al paso de los soldados que vuelven de la guerra con los ojos tatuados de miedo y de horror.
No suplicadle al poderoso.
Volcad los vasos de leche al servir el té y que se derrame como agua sucia.
No volveremos a beber si no regresas hipnotizado con nosotros.
Sé una montaña. Cálida y efervescente que se desmenuza como terrones de azúcar.
No me recuerdes porque no se si es verdad. Si soy verdad.
Un trozo de amor que me sobraba lo regalé en un semáforo y ardió.
Nadaba en un recuerdo sin agua y se ahogó. Nunca supe explicarle como sucedió.
El gato con botas es un buen ejemplo de cuento infantil para adolescentes con granos.
En los panales siempre ocurre lo previsto. Y en la vida de los insectos todo está predeterminado.
Nunca usemos la maldad como pretexto.
Tengan ustedes buenas noches ahora que ha salido el sol.
La mitad de la vida pasa volando. Como un jilguero que inadvertidamente se interpone entre tu cara, las cortinas y la luz.
Pisad donde queráis.
Vayamos al otorrino a que nos quite los tapones de cera de los conductos auditivos para que podamos escuchar el paso de los soldados que vuelven de la guerra ateridos de frio interior.
Acusad al poderoso. Acusadlo.
Dad de beber al que lo necesita. Y de mamar.
Tomemos lo necesario para ser infelices y arrojémoslo por la ventanilla del coche cuando nos persiga la policía.
La Dama Verde se funde dulce y a la vez perturbadora.
Seamos coherentes, ignoremos la verdad. Así nos daremos cariñosamente las buenas noches.
Tomar un decisión no lleva a ninguna parte conocida.
Vamos a observar sin pestañear hasta morir de amor.
Cuando voy caminando por el parque tengo remordimientos de pisar a las pequeñas hormiguitas que se afanan en seguir una fila llena de sensatez y de unanimidad. Se comportan con el raciocinio de los insectos.
No pisad entonces. Vigilemos siempre nuestros pasos.
Aunque siempre vamos a demostrar inmadurez en este sentido, seamos maduros.
Volquemos los tanques con palancas de papel.

¿Los intelectuales aprenderán a leer?