Haced el favor innombrables de no escribir el nombre
de mi amada, de no tocar las cortinas donde su mano absolutamente translucida
se interpuso entre su cara, la luz y un jilguero que trinaba al
inadvertidamente volar por allí.
No uséis el linóleo que no es vuestro.
No otorguéis premios indecentes a las vecindonas que
blasfeman en los balcones. Saludad al paso de los soldados que vuelven de la
guerra con los ojos tatuados de miedo y de horror.
No suplicadle al poderoso.
Volcad los vasos de leche al servir el té y que se
derrame como agua sucia.
No volveremos a beber si no regresas hipnotizado con
nosotros.
Sé una montaña. Cálida y efervescente que se desmenuza
como terrones de azúcar.
No me recuerdes porque no se si es verdad. Si soy
verdad.
Un trozo de amor que me sobraba lo regalé en un
semáforo y ardió.
Nadaba en un recuerdo sin agua y se ahogó. Nunca supe
explicarle como sucedió.
El gato con botas es un buen ejemplo de cuento
infantil para adolescentes con granos.
En los panales siempre ocurre lo previsto. Y en la
vida de los insectos todo está predeterminado.
Nunca usemos la maldad como pretexto.
Tengan ustedes buenas noches ahora que ha salido el
sol.
La mitad de la vida pasa volando. Como un jilguero que
inadvertidamente se interpone entre tu cara, las cortinas y la luz.
Pisad donde queráis.
Vayamos al otorrino a que nos quite los tapones de
cera de los conductos auditivos para que podamos escuchar el paso de los
soldados que vuelven de la guerra ateridos de frio interior.
Acusad al poderoso. Acusadlo.
Dad de beber al que lo necesita. Y de mamar.
Tomemos lo necesario para ser infelices y arrojémoslo
por la ventanilla del coche cuando nos persiga la policía.
La Dama Verde se funde dulce y a la vez perturbadora.
Seamos coherentes, ignoremos la verdad. Así nos
daremos cariñosamente las buenas noches.
Tomar un decisión no lleva a ninguna parte conocida.
Vamos a observar sin pestañear hasta morir de amor.
Cuando voy caminando por el parque tengo
remordimientos de pisar a las pequeñas hormiguitas que se afanan en seguir una
fila llena de sensatez y de unanimidad. Se comportan con el raciocinio de los
insectos.
No pisad entonces. Vigilemos siempre nuestros pasos.
Aunque siempre vamos a demostrar inmadurez en este
sentido, seamos maduros.
Volquemos los tanques con palancas de papel.
¿Los intelectuales aprenderán a leer?