la que alumbra mi camino
y mantiene mi alma en paz
está en los ojos luminosos de los niños
la música celestial
en su risa inocente
el cariño ancestral
en el llanto y en sus lágrimas
en un abrazo cabe toda la ternura renacida
y estrenada cada vez
en cada beso vuelvo a sentir el amor primitivo
de cuando yo era un niño
para volver a reconocerme como soy
y el tesoro que disfruto siendo abuelo.