Te enseño mi vuelo para equivocar tu rumbo. Sígueme.

Mi foto
Licenciado en Medicina y Cirugía. Frustrado Alquimista. Probable Metafísico. El que mejor canta los fandangos muy malamente del mundo. Ronco a compás de Martinete.

Abre los ojos.

Esta aceptado universalmente que las personas debemos modificar nuestro aspecto. Casi cada día renovamos nuestro vestuario, nuestra ropa cambia de colores y de texturas, cambiamos de peinado y de color de pelo, de adornos, de reloj y de sombreros. 
Nuestra piel se cambia sola cada día por una un poco mas vieja. Nos arrancamos el pelo con navajas y tijeras y con ellas nos cortamos las uñas. Sacamos con química el bello vello de sus lugares ocultos. 
Nos tatuamos amores y dioses lejanos con tinturas indelebles, nos abrimos orificios prohibidos y nos cerramos heridas con suturas de tripas de animales, nos sacamos la grasa de aquí y la ponemos allí, las prótesis metálicas y de materiales diversos las aceptamos como parte de nuestra biología, hasta cambiamos de cara voluntariamente cada vez que nos miramos un momento al espejo para reconocernos en cualquiera de ellas aunque sea un solo segundo.

Pero nos cuesta la misma vida cambiar de opinión y de razón, de ética, de moral y de filosofía. 
No sabemos aceptar el fluir cambiante de los acontecimientos cotidianos. Y eso que ellos son nuestros guías espirituales, nuestros dioses de andar por casa.
La vida es eso que pasa cada segundo agotándose en su constante cuenta atrás y cambiandonos constantemente.
Un solo instante, un suspiro, un reflejo de luz, un silencio mas estridente, un movimiento imperceptible que para ti no significa lo más mínimo, puede ser para mi una revelación. 
Y entonces debo cambiarlo todo.
Sin dudarlo.
Como ahora.
Abre los ojos y mira.
Y verás.


Matar al mensajero

Matemos al mensajero y podremos depositar su cadaver ante la puerta de nuestros enemigos. 
Un camino que habremos de hacer con un cadáver lleno de malas noticias, sin féretro ni ataúd que las pueda ocultar. 
Malos augurios lloviznan nuestras ropas.
No nos bastarán todas las flores que arranquemos por el camino para disimular el olor a podrido de nuestros infame acto criminal.
Ni siquiera a la puesta de sol se difuminara nuestro rictus de terror irracional que adquiere la cara de quien quitó la vida a un inocente. 
La noche no calla. 
La tiniebla aúlla dentro de nosotros como un lobo solitario que nos recuerda - acúfeno sórdido - que ha sucedido. 
Una lechuza blanca nos hipnotiza al pasar y nos obliga a recordar nuestra verdad. 
La única verdad. 
El miedo.

Suposiciones.

Supongo que aquellas flores que un día corté con tanto amor siguen frescas en tu corazón y conservan el olor que perfuma aun tu pelo y tu piel.
Supongo que los versos que tan enamorado escribí en la servilleta de aquel nuestro bar y que escondí entre tus papeles los conservarás como un tesoro.
Supongo que las cartas de amor casi diarias de aquel verano tan largo, pastoso y tan lejano, las leerás de vez en cuando con lágrimas en los ojos.
Supongo que las viejas fotos de mi ñiñez y adolescencia las conservas bien guardadas con tus secretos personales.
Supongo que de vez en cuando piensas en mi igual que yo ahora te recuerdo y te escribo estas palabras.
Supongo...
Porque la verdad es que nunca hablamos de esas cosas.

Malos sueños

Cuando me desvelo en medio de la noche me gusta mirar por la ventana a la calle vacía y ver las luces de los semáforos que brillan muy elegantes. Los coches no circulan y están abatidos en filas, adormilados y ausentes, y me parecen como grandes cucarachas americanas o africanas, me dan un poco de miedo. De la avenida solitaria se desprende una bruma que parece que sale del subsuelo, casi imperceptible, que se va elevando y se desperdiga por los portales y busca ventanas mal cerradas y portillos abiertos. 
Yo se que son los malos sueños, las pesadillas que buscan acomodo en nuestro cuerpo. Son los malos humores que intentan asaltarnos aprovechando la noche para infectar nuestro descanso. Me escondo detrás de los visillos y me quedo observando esa bruma silenciosa y traicionera que produce desasosiego, angustia, a veces terror... y que convierte un pacífico sueño en una interminable tortura. Yo le he padecido algunas veces y al despertar estaba confuso, irritable, cansado, asustado...
Y pienso que el antídoto de estos sueños viciados debe ser el buen humor -que me lo imagino casi transparente y algo fluido-, la confianza, la serenidad de ánimo, la aceptación de nosotros mismos y de nuestras limitaciones y de nuestras circunstancias vitales... lo cual no es fácil, no.
Pero cuando vuelvo a mi cama me armo de valor y dejo abierto un resquicio en la ventana para no tener miedo al miedo.
Y duermo a pierna suelta soñando con los angelitos.
Casi siempre...

Mi Papa.

Ahora mismo un grupo de hombres Cristianos Católicos están reunidos en Roma buscando inspiración del Espíritu Santo para elegir a un nuevo Papa, transmisor de información entre Dios y nosotros los hombres.
Pero no solo será un representante de Dios en la tierra para los bautizados católicos, sino que logicamente al ser Dios Universal, el elegido será un Papa Universal para todos los hombres, practiquen la religión católica o no, sean creyentes o agnósticos o ateos.
Y este Papa Universal velará por la Igualdad de todos los Hombres que existen sobre la faz de la Tierra.
Y Dios lo iluminará con la Certeza, la Paz, la Bondad, la Concordia, la Sabiduría, la Tolerancia, la Paciencia, la Ciencia, la Honestidad, la Prudencia, la Empatía, la Humildad, la Serenidad.. le llaman a un compendio de todo esto La Gracia Divina.
Yo quiero que el Papa traiga Luz, Razón y Verdad.
Amor a Todos los Hombres.
Por igual.
Amen.

Prisionero.

Me entrego a ti sin condiciones, como un sonámbulo que no despierta y camina perdido entre las flores pisando las mas bellas.

Me entrego a ti sin una razón y sin esperar palabras de consuelo me dejo arropar entre tus brazos sintiendome en el cielo.

Una sola palabra de tu boca, un destello de brillo de tus ojos, el resplandor del sol en tu pelo o acaso una lágrima atrae mi atención toda una vida y busco en tu mirada mi consuelo.

Me entrego a ti con la poesía, con la voz callada retorcía de quejíos y de oraciones al dios nuestro de cada día.

Me entrego a ti en cuerpo y alma, como un prisionero que no espera libertad si no es contigo... porque te lo debo decir Amor: te Quiero.

¿Piedras?

Se que las cosas son como son.
Se que tu eres como eres.
Se que yo soy como soy.
Y que la vida es como es.
Y que el que este libre de pecado que tire la primera...
¿Piedra?
Que cada palo aguante su vela.
Que los años no pasan en balde.
Que no somos de...
¿Piedra?
Porque la vida te da sorpresas.
Y a mi también.
Y en todas parten cuecen...
¿Piedras?
Porque esto son habas contadas.
Que no hay mas cera que la que arde.
Y que al pan, pan, y al vino...

A buen entendedor...
Piedras.