Me gusta que me cuenten cuentos antes de dormir, ya estoy embozado y calentito con mi esquijama dentro de la cama-mueble o del sofá-cama con su raja enmedio donde meto las manos y los pies con los calcetines que se quedan atrapados, mientras mi tata tararea antiguas nanas de juanito subio a valla por ver si venía el tren y el tren que venía pitando juanito se dió al caer cuando el maquinista vió la vía llena de sangre fue corriendo al hospital a llamar al señor alcaide... que esas eran las coplas que yo escuchaba antes de dormirme, nanas de tragedias y sangre y el cancón y la cancona, y manuela se paseaba por una acerita alante pero llego su novio o su marido con un ataque de celos y le pegó unas cuantas puñaladas que la dejó seca en el acto... eso cantaba mi tata mientras mecía la silla con un tac tac como de reloj de madera y yo abría los ojos y sabía que estaba allí sentada y veía la puerta entreabierta y la luz del pasillo al fondo y a veces escuchaba las voces amigas de mis padres en su cuarto y entonces me relajaba y me dormía tan tranquilo hasta que me despertaban a media noche para hacer pipi en una escupidera de plástico y algunas veces me entraba miedo de la oscuridad y tenía mi tata que volver a cantarme las coplas de amor y muerte y tragedias con las que yo me volvía a dormir y a soñar Dios sabe con qué.
¿Donde los Hombres?
Antes de morir todos debemos tener un instante temporal eterno de recapitulación.
Un si pero no estoy vivo y que me muero ya mismito y tengo que dejar por una vez en mi puta vida vida que mi cerebro piense en lo que le de la gana.
Y mi absurdo cerebro de ser viviente de "vivo sin vivir en mi y tan alta vida espero que muero porque no muero", en ese segundo último tendrá lucidez de agonía y verá lo que le espera.
Entonces como ya el tiempo no existe y solo somos nosotros y nuestros recuerdos -cerebros- podemos repasar una y mil veces cada segundo de nuestra existencia... llamemosle vida, o llamemosle muerte.
Hasta los ángeles mas bonitos de los catecismos más antiguos se asombrarán de nuestros pecados más veniales.
Y nuestro Juez Supremo -benévolo- perdonará nuestros olvidos y faltas, nuestras grandes y pecaminosas ofensas a Dios de Palabra, Obra u Omisión. Es el Redentor.
Yo he olvidado tanto mal que he hecho... Pero no he olvidado el Mal que he visto hacer a los demás. No puedo olvidarlo.
No se si peco por el mal que hago inconsciente o por no evitar conscientemente el mal que me rodea, el absurdo mal ajeno... que lo veo ante mis ojos y me callo y miro al otro lado...
Yo soy un absurdo cero a la izquierda en las cuentas del Bien y del Mal.
¿Donde los Santos?
¿Donde los Papas?
¿Donde los Angeles?
¿Donde los Justos?
¿Donde los Curas?
¿Donde los Hombres?
Un si pero no estoy vivo y que me muero ya mismito y tengo que dejar por una vez en mi puta vida vida que mi cerebro piense en lo que le de la gana.
Y mi absurdo cerebro de ser viviente de "vivo sin vivir en mi y tan alta vida espero que muero porque no muero", en ese segundo último tendrá lucidez de agonía y verá lo que le espera.
Entonces como ya el tiempo no existe y solo somos nosotros y nuestros recuerdos -cerebros- podemos repasar una y mil veces cada segundo de nuestra existencia... llamemosle vida, o llamemosle muerte.
Hasta los ángeles mas bonitos de los catecismos más antiguos se asombrarán de nuestros pecados más veniales.
Y nuestro Juez Supremo -benévolo- perdonará nuestros olvidos y faltas, nuestras grandes y pecaminosas ofensas a Dios de Palabra, Obra u Omisión. Es el Redentor.
Yo he olvidado tanto mal que he hecho... Pero no he olvidado el Mal que he visto hacer a los demás. No puedo olvidarlo.
No se si peco por el mal que hago inconsciente o por no evitar conscientemente el mal que me rodea, el absurdo mal ajeno... que lo veo ante mis ojos y me callo y miro al otro lado...
Yo soy un absurdo cero a la izquierda en las cuentas del Bien y del Mal.
¿Donde los Santos?
¿Donde los Papas?
¿Donde los Angeles?
¿Donde los Justos?
¿Donde los Curas?
¿Donde los Hombres?
El Color del Dinero
El Dinero es una Mierda.
Pero esa Mierda tiene Dueñ@.
El Dinero tiene cara y sexo y color y olor.
Putrefacto.
Olor.
A Mierda.
Sabor.
Y sabe a Herencias y a Catafalcos.
A Tumbas.
A Podredumbre.
A Avaricia.
A Codicia.
A Soledad.
A Nada.
Yo no quiero pertenecer a ese gran grupo de Mierda que solo piensa en el Dinero.
Yo quiero ser sensato y vivir sin avaricia, codicia, soledad, nada...
Quiero tener Algo.
Pero que no sea Dinero.
Así seré Rico.
Y estaré Vivo.
Lo que me resta de Vida.
Sin Dinero.
EPITAFIO.
Amén.
Pero esa Mierda tiene Dueñ@.
El Dinero tiene cara y sexo y color y olor.
Putrefacto.
Olor.
A Mierda.
Sabor.
Y sabe a Herencias y a Catafalcos.
A Tumbas.
A Podredumbre.
A Avaricia.
A Codicia.
A Soledad.
A Nada.
Yo no quiero pertenecer a ese gran grupo de Mierda que solo piensa en el Dinero.
Yo quiero ser sensato y vivir sin avaricia, codicia, soledad, nada...
Quiero tener Algo.
Pero que no sea Dinero.
Así seré Rico.
Y estaré Vivo.
Lo que me resta de Vida.
Sin Dinero.
EPITAFIO.
Amén.
Obsesión
La Obsesión es como una potente droga.
Se va introduciendo dentro de tu cerebro alojándose en los espacios entre las neuronas e impregnando a estas del humor viscoso que rezuma.
Nubla la mente que ocupa.
La verdadera Obsesión aturde el funcionamiento de las conexiones cerebrales y va convirtiendo al obsesivo en un neurótico cegato que no ve más allá de sus zapatos.
Un perturbado por su idea obsesiva.
Un enfermo.
Pocas veces un genio.
O un poeta.
Alguien que sufre.
Un loco.
¿Un cuerdo?
Se va introduciendo dentro de tu cerebro alojándose en los espacios entre las neuronas e impregnando a estas del humor viscoso que rezuma.
Nubla la mente que ocupa.
La verdadera Obsesión aturde el funcionamiento de las conexiones cerebrales y va convirtiendo al obsesivo en un neurótico cegato que no ve más allá de sus zapatos.
Un perturbado por su idea obsesiva.
Un enfermo.
Pocas veces un genio.
O un poeta.
Alguien que sufre.
Un loco.
¿Un cuerdo?
Verdad.
Hubo un tiempo en que las personas que “sabían” dudaban antes de contarlo. Era ese tiempo en que las personas que sabían algo lo escribían y con prudencia, con timidez, lo enseñaban a otros “que sabían” para que les dieran su opinión. Era el tiempo de las luces.
Tiempo de las luces de la imaginación y de las luces de la sinceridad. El tiempo de la verdad. El tiempo de la franqueza.
Los tiempos de las personas limpias de corazón aunque estuvieran rodeadas de atrocidades, aunque estuvieran impregnadas de las podedumbres de los mentecatos asesinos que infectaban el aire que repiraban.
Nunca “El Horror” pudo con los sensatos, con los valientes anónimos, con los rectos de actitud filosófica, con los que sueñan y luchan a pesar de tener miedo, con los débiles por fuera pero de acero por dentro, con los que se dejaban comer por los leones pero resurgían en los misales en estampitas en banco y negro.
Me manifiesto yo solo con pancartas (y ando por las calles lluviosas y húmedas) a favor de los justos, de los coherentes, de los pacientes, de los callados, de los sinceros, de los lógicos, de los soñadores, de los que temen, de los que callan por no poder hablar sin morir torturados, de los que rezan en nombre de sus dioses queridos, de los que esperan la muerte en paz y sin gracia de dioses, de los que leen casi sin pupilas, de los que siguen creyendo en Dios o en los hombres o en sí mismos, pero con la esperanza de un mundo mejor para todos.
Me manifiesto con los santos y con los pecadores, con los golfos y los juerguistas, con los mansos y con los bravos, con los altos y con los bajos, con los delgados, los gordos, los guapos y los feos, los atletas y los mentecatos…
pero no con los mentirosos ni con los falsos, no con los de las caretas, con los de las corbatas con gomillas, con los de las voces engoladas, con los de las posturas impostadas y los días de gloria y los dineros prestados… No quiero estar a vuestro lado nunca. No me hableis.
Para ser feliz necesito Verdad.
Sueños con espaguetis cuadrados
¿Por qué no hay espaguetis cuadrados? o triangulares, trigonométricos logarítmicos o dodecaédricos.
¿Son preguntas sin respuestas porque son respuestas sin preguntas?
Puedo soñar con cosas así durante toda una noche.
Sueño con peines o cepillos que peinan infinitos pelos que los tengo que contar uno a uno y casi al final se me escapan y debo volver a empezar.
Montañas que subo a pie o en coche, cada vez mas cerca de la cumbre y cada vez por un desfiladero mas peligroso de carriles que se acaban en terroríficos barrancos.
Túneles llenos de personas que tienen miedo y prisa por salir, pero que todos llevan el camino equivocado que termina en un angosto pasadizo cada vez mas estrecho y sin salida.
Y yo me veo arrastrado por la muchedumbre intentando explicar lo inexplicable.
Casas grandes antiguas y viejas llenas de pasadizos y de secretos, de cuartos oscuros y de trasteros olvidados, de camas húmedas, de ropas gastadas, de luz amarillenta...
Ciudades desconocidas por las que transito y no reconozco los edificios ni las calles, aunque siempre tengo la esperanza de encontrar un sitio conocido donde respirar aire puro.
Habito de nuevo mis casas antiguas que ya son otras y tienen otros aspectos.
Cierro siempre persianas y ventanas antes de dormir.
Eso soñaba cuando tenía fiebre.
¿Son preguntas sin respuestas porque son respuestas sin preguntas?
Puedo soñar con cosas así durante toda una noche.
Sueño con peines o cepillos que peinan infinitos pelos que los tengo que contar uno a uno y casi al final se me escapan y debo volver a empezar.
Montañas que subo a pie o en coche, cada vez mas cerca de la cumbre y cada vez por un desfiladero mas peligroso de carriles que se acaban en terroríficos barrancos.
Túneles llenos de personas que tienen miedo y prisa por salir, pero que todos llevan el camino equivocado que termina en un angosto pasadizo cada vez mas estrecho y sin salida.
Y yo me veo arrastrado por la muchedumbre intentando explicar lo inexplicable.
Casas grandes antiguas y viejas llenas de pasadizos y de secretos, de cuartos oscuros y de trasteros olvidados, de camas húmedas, de ropas gastadas, de luz amarillenta...
Ciudades desconocidas por las que transito y no reconozco los edificios ni las calles, aunque siempre tengo la esperanza de encontrar un sitio conocido donde respirar aire puro.
Habito de nuevo mis casas antiguas que ya son otras y tienen otros aspectos.
Cierro siempre persianas y ventanas antes de dormir.
Eso soñaba cuando tenía fiebre.
Libertad
Pensar... ¿Es útil para ser feliz? Es necesario. ¿Donde está el límite? Es un proceso vicioso, autoalimentado: pienso, luego existo, luego pienso, luego existo... A veces dejamos de pensar antes de morir fisicamente. Otras veces seguimos pensando después de nuestra defunción oficial. Me gusta dejar en libertad a mis neuronas y que se atrevan a traspasar las reglas del pensamiento "lógico" y "coherente". Me gusta transgredir con mi mente los límites impuestos por una sociedad cobarde y autoritaria. Disfruto con las ideas revolucionarias. Son las que hacen que mejoren las personas. Ser estático es estar prisionero de uno mismo. El miedo es nuestra propia cárcel. La ansiedad es el miedo a que llegue la noche fría atrapados en las mazmorras. La depresión es la mente que espera la sentencia final. Por eso pido libertad de pensamiento. Libertad de opinión. Libertad.
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